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‘Fuerteventura Opina’: Razones para pensar que no habrá elecciones (y algunas que sí)

Cuando hablábamos sobre los efectos más probables de la repetición electoral, dos eran los más comentados. El primero, un descenso de la participación. Era el más fácil de anticipar y, efectivamente, así ha sido. La caída de unos siete puntos en la Isla nos sitúa en el segundo nivel de participación más bajo desde 1977. La segunda previsión era una concentración bipartidista, que se ha producido, pero no como se anticipaba. Sobre estos asuntos y sobre la posibilidad de que pueda volver a repetirse una nueva cita electoral hablamos en el programa ‘Fuerteventura Opina’ de este viernes (14.00h.) dedicado a conocer el sentir de los vecinos de la Isla.

El PSOE ha sido el gran ganador en la jornada electoral 10N en Fuerteventura: ha superado los 9.150 votos, se consolida como primera fuerza en la Isla y revalida el escaño en el Senado para Paloma Hernández Cerezo.

Más de la mitad de los ciudadanos con derecho a voto en Fuerteventura o no votó a nadie o votó nulo o lo hizo en blanco en las elecciones al Senado.

Los nacionalistas se vuelven a quedar en segunda posición. La alianza liderada por Lola García no pasó de los 6.879 votos. Eso si, a nivel nacional, el acuerdo entre CC y NC ha proporcionado que el nacionalista Pedro Quevedo tenga un escaño en el Congreso.

El Partido Popular quedó en tercera posición al Senado con Jéssica de León, que cosechó 6.632 votos. De León gana medio millar de votos con respecto a la anterior cita con las urnas.

Entre los partidos que retroceden, Podemos, en coalición con Izquierda Unida, se quedó con 4.244  con Rafael Méndez de candidato. Por el contrario, Vox ha aumentado su nivel de apoyo de forma significativa también en Fuerteventura. Al Senado, su candidato Francisco Sánchez consiguió 4.030 votos, 2000 más que en abril. Al Congreso ha logrado más que Podemos y que la alianza nacionalista.

A  partir de ahora cualquiera de las vías aboca abocan a un Gobierno socialista, con o sin coalición, en minoría y con frágil base parlamentaria. Ninguna es sencilla, pero la encrucijada no la despejarán unas terceras elecciones. Toca elegir, a poder ser, sin demora.

 

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