En la primera de estas cirugías fue intervenido un paciente varón, de 66 años, con cáncer de esófago distal, que recibió quimioterapia previa a la cirugía. Se le extirpó la mayor parte del esófago, el extremo próximo del estómago y los ganglios linfáticos de ambas zonas, tanto por vía abdominal como torácica, con la asistencia del robot da Vinci. A los nueve días de ser intervenido, y sin que se produjera ninguna complicación, el paciente recibió el alta hospitalaria. Se trata de una de las intervenciones de mayor complejidad de la especialidad de Cirugía General y Aparato Digestivo que se hacen en la actualidad.
El robot Da Vinci incorpora una tecnología avanzada que logra realizar cirugías mínimamente invasivas de alta precisión respecto a la laparoscopia convencional, y aún más respecto a la vía tradicional de acceso mediante laparotomía o también llamada ‘vía abierta’. De esta forma, permite realizar incisiones y cicatrices más pequeñas, lo que ocasiona menos dolor y mayor comodidad para el paciente, así como menos pérdidas de sangre.
Este asistente robótico tiene cuatro brazos que transmiten, con alta precisión, los movimientos que realizan los cirujanos a través de una consola en la que también cuentan con una visión de 3 D del interior del paciente. El cirujano controla los brazos robóticos que ofrece una capacidad de giro de 360º, imposible de alcanzar para la mano humana. Los cuatro robots Da Vinci que se encuentran en los hospitales públicos de Gran Canaria y Tenerife han supuesto una inversión del Servicio Canario de la Salud de unos ocho millones y medio de euros, y fueron adquiridos dentro de las inversiones financieramente sostenibles.