La Policía Nacional lanzó el pasado mes una macroperación a escala nacional contra la presencia de menores en las casas de apuestos casinos y locales de juego, y con el fin de “detectar irregularidades en esa clase de establecimientos”. Se trata de una actuación que sigue en marcha y que afecta a todo el territorio español.

Se ha constatado que la adicción al juego y a los pronósticos deportivos se han convertido en un problema creciente entre los jóvenes. El número de jóvenes adictos al juego en tratamiento se ha cuadruplicado en pocos años, pasando del 3,8% al 16%. El 6% de los alumnos de ESO ha apostado alguna vez. Y otro dato igualmente grave: en 2017 se emitieron 2,7 millones de anuncios de juego online frente a 128.000 de 2013.

Entrar en un salón de juegos o apostar de vez en cuando no supone convertirse en ludópata, pero el riesgo de que eso acabe en una adicción al juego es real. De hecho, cuanto más accesible esté el juego y más expuesta se encuentre la persona, mayor es el riesgo de que desarrollar una adicción. Sobre este problema creciente que también afecta a Fuerteventura hablamos con el psicólogo del Gabinete Danae, Cristian Cruz. » los jóvenes, tentados por la publicidad y con la posibilidad de jugar a su alcance… la combinación de todos estos factores puede convertirse en una auténtica bomba de relojería para muchos menores. Porque en teoría no pueden jugar, pero lo hacen», expresó.

Las casas de apuestas disfrutan del don de la oportunidad. Abren casualmente en barrios pobres y pegaditas a las asociaciones de ludópatas. “Los salones de juego se han convertido en el nuevo punto de reunión de los chavales. Los que tienen edad apuestan, los que no, convencen a alguien para que apueste por ellos. Nadie les ha pedido el DNI para entrar”, cuestiona el psicólogo de Danae, Cristian Cruz

La Ludopatía es un trastorno de adicción sin sustancia (anteriormente catalogado como un trastorno del control de los impulsos) por el cual la persona se ve obligada o siente una necesidad irrefrenable de jugar (juegos de azar) sin tener en cuenta las consecuencias negativas que este comportamiento pueda tener en su vida y la de su entorno. Es reconocida como una adicción dado que con el tiempo y la focalización de toda la vida del individuo en el juego, pueden aparecer variables como la tolerancia y la abstinencia; es decir, el necesitar jugar más con el paso del tiempo para evitar la angustia que se siente y el sentir un gran malestar psicofisiológico cuando no se puede jugar (lo que conocemos como “pasar el mono” en otras adicciones).

Estas piscifactorías humanas crecen a borbotones en los barrios obreros y de población inmigrante. El psicólogo Cristian Cruz percibe un cambio: “La gente que nos llega es de nivel económico medio, pero los chavales que llegan ahora tienen un nivel bastante bajo”, explica. El estudio de Percepción Social del Juego de Azar (2016) colocaba en la clase media-baja la principal prevalencia de la adicción.

Cuándo hay que alarmarse

Ya sea en adolescentes o en adultos, en el Gabinete Psicológico Danae se encuentran frecuentemente ante un caso de adicción al juego si:

— El jugador apuesta cada vez más dinero.

— Está irritado si no juega.

— Su mente está ocupada con las apuestas o maquinando cómo conseguir dinero.

— Acude a los demás para que le proporcionen dinero para jugar.

— Apuesta cuando se siente ansioso o deprimido, para dejar de sentirse así.

— Después de perder, vuelve para «recuperar», piensa que volverá a ganar.

— Miente para ocultar su grado de implicación con el juego.

— Ha arriesgado alguna relación importante, un empleo o carrera por el juego.

— Hace esfuerzos por dejar de jugar, pero sin conseguirlo.

Los más jóvenes son especialmente vulnerables, y el juego no es una excepción. Hay presión para apostar, todo se lo ponen fácil… y el resultado es que los menores de edad apuestan.

Psicólogos Gabinete Dánae Fuerteventura. Dirección: Calle Duero, 9, 35600 Puerto del Rosario, Las Palmas. Teléfono: 663 82 26 92