El original Bar García, refundado por Carmen Chico y su familia hace siete años, cierra sus puertas para siempre. Así lo ha explicado hoy su propietaria en el magazín ‘Fuerteventu al Día» tras explicar que la nueva propiedad ha decidido renunciar a seguir arrendando el local «por muchas circunstancias que no voy a entrar», entre las cuales Carmen, acostumbrada a la discreción y el sacrificio, no menciona las tiranteces generadas por una herencia familiar. El local pertenecía a sus suegros Juan y Mercedes, quien hace seis años le ofreció hacerse cargo del negocio, tras la marcha del último arrendatario.
Aunque tras su apertura tuvo varios propietarios, la perseverancia de Carmen y su equipo, entre los que destaca el importante papel de su marido, lograron forjarse una clientela fiel que se desplaza hasta los LLanos de la Concepción para saborear su aplaudida carne de cabra y el famoso cabrito majorero, “que es tierna porque es de machorra. El secreto es hacerla al estilo de mi suegra, a fuego lento, durante hora y media, con mucha cebolla y trabajarla con vino”.
Sin embargo, no oculta su «gran tristeza» por el tiempo, los esfuerzos y sacrificios que ha dedicado a levantar uno de los bares referentes para turistas, moteros y familias de la isla, «al abrir a las seis de la mañana somos el auxilio de muchos turistas o vecinos que puedan tener un pinchazo o un depósito de gasolina vacío. Tenemos infinidad de anécdotas», expresó. Y es que el Bar García se había convertido en un último refugio –o la válvula de escape, como ella lo llama– donde vecinos y forasteros comparten el café y los rones en las tertulias, las partidas al mus las alegrías y «también las tristezas».
Pero el trajín empresarial que caracteriza a Carmen hace que ya esté planteándose abrir otro restaurante con la marca del Bar García en la misma zona. Hasta entonces, a partir del 31 de diciembre el Bar García quedará solo en el recuerdo.