Familiares y pacientes diagnosticados con trastornos mentales y profesionales de distintos ámbitos, sobre todo relacionados con la educación y la salud, constituyen en Fuerteventura el primer Grupo Abierto Terapéutico (GAT). El objetivo es que quienes son los verdaderos ejecutores del acto psiquiátrico “recuperen el control de la responsabilidad sobre si mismos”, según explica el reputado psiquiatra Javier Álvarez, principal impulsor de los GAT. Desde el enfoque de una nueva psiquiatría, el experto cuestiona los sistemas de diagnóstico imperantes, basados en test DSM que han llevado, denuncia, a la “psiquiatrización de la vida moderna” y han abocado a millones de personas en el mundo occidental a estar medicadas de por vida.
Los miembros del grupo coinciden en destacar la importancia de explorar esta vía “porque por primera vez se abordan los trastornos mentales desde una perspectiva holística, integral, ahondando en los desencadenantes que provocan los episodios con el fin de poder superarlos empoderándonos y perdiendo el miedo a lo que nos cuentan que es para toda una vida”. Es fundamental, recalcan, “que se traten como situaciones emocionales que hay que superar y dotando a las personas de herramientas para que puedan afrontarlas de la mejor manera posible”. La medicación de por vida, insisten, “no está funcionando y no puede ni debe ser la única solución”.
Álvarez hace hincapié en que la psiquiatría es una disciplina médica sustentada en bases científicas “muy endebles” e, incluso, llega a cuestionar la existencia de la esquizofrenia y recuerda que “ni siquiera hay una evidencia científica clara de que la enfermedad exista”. En este punto insiste en que parte de la comunidad científica “quiere hacer creer que tanto la esquizofrenia como el trastorno bipolar son el resultado de una alteración bioquímica del cerebro, un desequilibrio entre los neurotransmisores”. De esta manera, insiste, se recetan fármacos que no son específicos y que únicamente “llevan a la inhibición de la neurotransmisión neuronal”, explica.
Lo que sí resulta evidente, a su juicio, son los graves problemas que causan los diagnósticos de psicosis y trastorno bipolar tanto en los pacientes como en sus familias. En primer lugar, porque se anula e incapacita al paciente de por vida al no comunicarle directamente los resultados y prescribiendo unos fármacos que van a anular parte de sus capacidades. En segundo lugar, porque tras el diagnóstico no se produce un deterioro cognitivo gradual, como ocurre en otros casos, pero sí se produce un deterioro “social” intenso que lleva al paciente a ser un individuo dependiente durante toda su vida incapaz de valerse por sí mismo.
Por este motivo, y a fin de eliminar el estigma negativo, propone denominar tanto al trastorno bipolar como a la esquizofrenia Síndrome de Propensión a la Psicosis. En la misma línea, promueve la creación de Grupos Abiertos Terapéuticos que posibiliten a los pacientes, verdaderos ejecutores del acto psiquiátrico, recuperar el control y la responsabilidad sobre si mismos trabajando en colaboración con el psiquiatra y la familia. También es importante buscar sensibilidades que coadyuven a recuperar el ámbito social perdido “porque estas personas dejaron de estar integradas en la sociedad desde el inicio del diagnóstico”.
Una iniciativa que supone una alternativa al modelo psiquiátrico actual y que ahora secundan varios pacientes y sus familias en la Isla con la creación del primer Grupo Abierto Terapeútico (GAT) que se reunirá a lo largo de toda la semana.
Javier Álvarez presentará su libro “Una nueva psiquiatría” los próximos días 19 de noviembre, a las 19:00h, y el 23 de noviembre, a partir de las 18:00h, en el Centro Insular de Juventud (Antigua universidad popular).
Tras casi cuarenta años ejerciendo como psiquiatra, el doctor Javier Álvarez (Ponferrada, 1950) ha optado por un plan de jubilación bastante poco convencional. De ser jefe de servicio del Hospital de León se ha pasado al activismo por el cambio psiquiátrico. Su asociación, Nueva Psiquiatría, es el producto de su larga experiencia profesional unida a una fuerte inquietud humanista y una mentalidad crítica con el rumbo que ha tomado la atención a la salud mental.
Origen de la Nueva Psiquiatría.
El origen primero surge de esa tesis. Después, al darme cuenta de que además de la depresión aparecían otras manifestaciones psíquicas, seguí profundizando y llegué a la conclusión de que la única entidad clínica que permite explicar esos fenómenos integrando todas estas experiencias de esos creadores —sean literatos, artistas o científicos— serían las crisis epilépticas parciales simples en las que no hay alteración cuantitativa de la conciencia. Lo que antes se llamaban ausencias: una crisis epiléptica parcial que precede a la generalización. Es una vivencia psíquica en la que el sujeto tiene una experiencia extraordinaria. Pocos segundos después se produce un ataque convulsivo generalizado. Hoy se sabe que esas crisis parciales pueden aparecer sin que haya generalización posterior. Una parte del cerebro se enciende hipersincrónicamente y da lugar a una vivencia: una alucinación, una idea delirante, una despersonalización, un ataque de pánico, un déjà vu… Esto significa que un grupo de neuronas —doscientas mil, o diez millones—, inusualmente y sin que se sepa muy bien por qué, se organizan para activarse a la vez en determinada zona del cerebro: si es en el área temporal será una vivencia afectiva, en la occipital será una visual, si es en la zona temporal posterior se llamará auditiva… Entonces no me quedó más remedio que hacer una segunda tesis doctoral sobre mística y epilepsia, que la hice en Medicina y ahí planteé la hipótesis de la hiperia.